Entrevistes de Ramon Espadaler a TV3, La Sexta i Crónica Global
Espadaler: “Ni el PSC va hacia la derecha ni nosotros hacia la izquierda”
—Pregunta. ¿Cómo se gestó su fichaje como número tres de la lista del PSC?
—Respuesta. Todo ha sido muy rápido. He estado hablando con Miquel Iceta muchas veces porque quería agradecerle sus intervenciones en el Parlament en lo que hace referencia al respeto a las instituciones, la complejidad de lo que hay ahora encima de la mesa. Yo nunca he votado al PSC y esta será la primera vez. Pero las cosas se han precipitado. Yo me apunté a un partido pequeño e incipiente, Units per Avançar, con una base humanista y democristiana. Curiosamente, su presentación formal coincidió con la aprobación de la aplicación del artículo 155. Por boca de Carlos Losada y de Oriol Molins se hizo un llamamiento, desde la modestia, a vertebrar una propuesta centrista. Iceta acudió a esa presentación. Se convocaron las elecciones y de las conversaciones no formales se pasó a una posibilidad de una lista conjunta.
—¿Pensaba volver a la política?
—Yo no tenía intención de volver a la política, pero me mueve la angustia por la situación social que se vive. Hay una fractura social real, que no derivará en comportamientos violentos, pero que sí ha provocado que haya personas que hayan dejado de hablarse, incluso dentro de la familia. Me preocupa mucho la situación económica. No podemos calibrar los costes de la inestabilidad y desconfianza que genera, pero hay inversiones paralizadas, y eso es una realidad que hace más daño a los más débiles. Como catalanista me preocupa cómo han quedado las instituciones. Nosotros decíamos no a la declaración unilateral de independencia y no al 155. Y lo seguimos pensando.
—¿Por qué Units per Avançar no se presentó a las elecciones en solitario?
—Pudimos hacerlo, pero yo tenía el recuerdo agridulce de haberme presentado en solitario como UDC y no haber logrado convertir en escaños 104.000 votos de este espacio central. Por eso nos planteamos algo más transversal, sin renunciar ellos al socialismo ni nosotros a esa visión humanista. Pensamos que, por la excepcionalidad del momento, podíamos sumar.
—¿Hay renuncias en este pacto?
—El pacto intenta maximizar los puntos comunes. Y, sobre todo, dar respuesta a la pregunta de cómo salir de una situación tan frontista. Estamos entre un independentismo desbocado e incomprensible a los ojos de Europa, que se ha radicalizado hasta unas posiciones que uno no puede llegar a entender, y un inmovilismo tozudo y persistente, muy tensado por parte de Ciudadanos. La solución no vendrá de los extremos. Se habla mucho de diálogo y acuerdo, pues honestamente pienso que PSC y Units han hecho eso precisamente, como avance de lo que tendrá que venir. Será necesario diálogo y renuncias. Si queremos conservar la unidad del país, la concordia y que Cataluña sea un solo pueblo, se deben dar esos pasos. Hay un amplio espectro que entiende esa unión desde la diferencia. Este pacto no tiene una vocación de durabilidad más allá de la legislatura que viene, por la excepcionalidad del momento político actual. Ni PSC va hacia la derecha ni nosotros hacia la izquierda.
—¿Diálogo y razón para hacer qué? El PSC tiene muy clara la reforma constitucional y un referéndum al respecto.
—Nosotros también decimos eso exactamente. Después ya entraremos a matizar sobre el contenido de esa reforma. Nosotros defendemos una nueva financiación, defendemos el reconocimiento de la realidad nacional catalana, el incremento del autogobierno. Pero lo importante es lograr consensos en ese espacio central. No escondo el miedo a una reforma constitucional, a la apertura del artículo 8 de la Constitución. Puede que se abra y salga un resultado peor.
—UDC rompió con CDC por su deriva independentista, pero ¿preveían entonces que las cosas llegarían a la situación actual?
—No se lo imaginaba nadie. Yo creo que hemos llegado hasta aquí paso a paso. Hace años, pensar que en este país habría “comités de defensa de la república” hubiera sido ciencia ficción. Que hubiera huelgas de país, semana sí y semana no, que tendríamos un gobierno inhabilitado por el 155, con una mitad en prisión preventiva y la otra mitad en Bruselas, era impensable. Si lo hubiera previsto, me habría ido antes. Desgraciadamente, la deriva nos ha llevado al peor de los escenarios. Estamos en el mambo en el que nos ha querido meter la CUP.
—A UDC se la criticó por no romper antes. Y ahora le critican por pactar con el PSC renunciando al nacionalismo, al derecho de decidir…
—Units per Avançar incluye a gente de UDC, pero también de CDC. Y gente que no viene de la política, como Carlos Losada u Oriol Molins. Es una realidad diferente que nace en un contexto muy diferente.
—Dicho de otra manera, hay gente que le compara con Santi Vila (PDeCAT), que aguantó hasta el último momento.
—Para mí lo más cómodo era mantenerme fuera de la política y dedicarme a la familia. No es que ahora haga un gran sacrificio. Pero te aseguro que lo que no tiene este pacto es una vocación táctica. Mi retorno a la política no tiene una vocación de permanencia, sino de ayudar en una coyuntura muy difícil. En Units per Avançar decidimos no instalarnos en la crítica. Damos un paso adelante, no como una forma de canalizar salidas personales, sino de entender los partidos de una forma diferente. Y es muy atractivo.
—Pero ha sorprendido mucho que fuera número tres…
—Doy mi palabra que no se discutieron los números de la lista ni 30 segundos. No ha habido ninguna negociación. Hablamos mucho de las cuestiones que nos diferenciaban y pusimos énfasis en lo que nos une. No me escondo, yo me he sentido muy representado por Iceta y por Joan Coscubiela, por el respeto a las instituciones que demostró en el pleno de los días 6 y 7 de septiembre en el Parlament (aprobación de las leyes de referéndum y de transitoriedad).
Quiero hacer todo lo posible para que los Mossos no entren en la campaña del 21D. Es una institución al servicio del país, piensen lo que piensen
—El PSC es criticado, y lo será en la campaña, por apoyar el 155. ¿Cómo lo van a justificar?
—En el acto fundacional de Units dijimos no a la DUI y no al 155. Y lo seguimos diciendo. Hay que restituir la normalidad, aunque hay cosas que están en manos de la justicia. En esta campaña nos acusarán de colaboradores del 155. Nos podríamos haber cruzado de brazos y el 155 sería todavía más extremo, que ya lo es, con un gobierno cesado. Por ejemplo, se pudo incluir el control de los medios de comunicación.
—Usted ha sido consejero de Interior de la Generalitat. ¿Cómo ve la situación de los Mossos d’Esquadra con la aplicación del 155?
—Creo que no debería responderte porque quiero hacer todo lo posible para que los Mossos no entren en la campaña del 21D. Es una institución al servicio del país, piensen lo que piensen. Creo que en esta transición dura que ha tenido lugar tras el cese del Govern, el relevo del jefe de los Mossos por quien de facto era su número dos me merece una gran consideración. Ha habido una voluntad prudente de no violentar al cuerpo de los Mossos, respetando las jerarquías. Me parece una actitud impecable la carta del mayor Josep Lluís Trapero en la que insta a los agentes a ponerse al servicio de los nuevos mandos. Fue un ejercicio de sentido institucional impecable.
—¿Usted se ve junto al PSC, PP y Ciudadanos en una manifestación de Sociedad Civil Catalana?
—No.
—Miquel Iceta sí estuvo en la última manifestación.
—Respeto mucho a la gente que va a las manifestaciones, pero mi manera de salir de esta situación es a través de la política. Nunca he ido a una manifestación de Sociedad Civil y no tengo previsto ir. Hay cosas que entiendo y otras que no puedo compartir. Tampoco fui a la manifestación blanca, sin banderas. Y aquí me hubiera sentido más identificado. Porque mi bandera es la senyera. Y me siento muy alejado de las posiciones de PP y Ciudadanos. Cuando enarbolamos las banderas, perdemos un poco la perspectiva.
—Puede resultar chocante que forme parte de una lista encabezada por Miquel Iceta, que no esconde su condición sexual, mientras que usted votó en contra del matrimonio homosexual.
—Cada uno debe vivir su condición sexual ¡faltaría más! Es verdad que yo voté de forma diferente a la de él en ese asunto, tal como la canciller Angela Merkel ha votado de forma diferente de sus socios de gobierno. No hay que darle más vueltas. Asumo y no disimulo cuál fue mi voto. No reniego de mi pasado político.
—¿Qué le dicen sus antiguos compañeros de UDC y de CDC?
—Al margen de lo que se dice en las redes sociales, que miro poco, he recibido llamadas de absoluto respeto, tanto de quienes me apoyan como de quienes no están de acuerdo. Mi mujer dice que quien quiera entenderlo lo entenderá, y quien no, pues nada. Antiguos compañeros independentistas me demuestra capacidad de entendimiento. Mi apuesta no es personal, es colectiva. Para los momentos que vienen, creo que políticos como Miquel Iceta son imprescindibles. Se necesita experiencia, capacidad de diálogo, de entendimiento y voluntad de no crispar. Teníamos dos opciones, solo votarle o ayudarlo. Y decidimos votarlo y ayudarlo.
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